El otro día mantuve la siguiente conversación de WhatsApp con un grupo de amigas:
—No puedo ese día. Estoy de vacaciones en Siria.
— ¿Qué haces allí?
—Pues descansar, “turistear” y visitar a un amigo.
— ¡Tía, esa zona es súper peligrosa!
¿Perdón? ¿Peligrosa? Así que releí la conversación y me di cuenta de que el
corrector me había ubicado rápidamente en Siria, en lugar de Soria. Sitio donde
realmente iba a pasar mis vacaciones.
Este gazapo resulta ser anecdótico porque me sucedió en un grupo de amigas,
donde existe confianza plena para expresar esa opinión de considerar a Siria
destino peligroso. Lógicamente, una vez aclarado el malentendido, nos echamos
unas risas de emoticonos.
Sin embargo, en el mundo laboral, no se da esa confianza para decirle a
alguien que comete faltas de ortografía, gramaticales o de colocación de signos
de puntuación, por no hablar de expresar opiniones respecto a temas
controvertidos.
Sin ir más lejos, esta mañana he leído en Twitter unos mensajes que decían:
“Me gusto esta idea que vi el otro día…”
o “…elejid un tema y escribire un post
sobre ello”.
Tiempo atrás, cuando explicaba a mis alumnos los costes de la no calidad,
les ponía siempre el mismo ejemplo.
“Imagina que debes hacer un mailing
en papel a quinientos clientes. Escribes la carta e imprimes las quinientas
copias. Una vez fotocopiadas, relees la carta y te das cuenta de que has
cometido una falta de ortografía. Tienes dos opciones:
- Volver
a fotocopiar las quinientas cartas.
- Hacerte
el sueco y enviarlas con dicha falta de ortografía.
En el primer caso, conlleva
uno costes de no calidad de papel, tóner, luz y tiempo, ya que debes repetir el
proceso.
En el segundo caso, conlleva
unos costes de no calidad relacionados con la proyección de mala imagen de la
empresa, donde trabajan empleados “que no saben escribir”. Este pensamiento es
el que percibirán los quinientos clientes que reciben dicho escrito. Aunque
pienses que es solo una falta de ortografía, en realidad son quinientas faltas
cometidas, pues es como si hubieses escrito quinientas veces (igual de mal)
dicha carta.
Estos costes se denominan de
no calidad porque se derivan por no haber ejecutado bien el proceso. Es decir,
por no revisar la carta antes de imprimir la primera copia original o antes de
fotocopiar las quinientas copias.
Los costes de calidad son
los habituales que se derivan al realizar bien el proceso”
En la actualidad, los mailings no se realizan en papel pero sí por correo electrónico.
El hecho de no revisar el mensaje o texto antes de clicar la opción de
“enviar” o pulsar “intro” hace que este error se cometa con mayor frecuencia y,
probablemente, llegue a un mayor número de personas/clientes.
De ahí la importancia de no cometer faltas de ortografía en el CV ni en la
carta de presentación.
Pero, ¡ojo!, no solo en esos dos documentos. Debes poner máxima atención a
los mensajes que escribes en tus redes sociales con el fin de cuidar tu marca
personal. Una opinión en LinkedIn, un post en Facebook, un comentario en
Twitter o Instagram, un artículo en tu blog, una presentación en PowerPoint que
expones en una charla ante un público numeroso, un mensaje de WhatsApp
contestando a un reclutador… Imagina posturear una foto con el pie: “Disfrutando de mis ‘bacaziones’ en Soria”.
Pues quedas un poco mal ante todo aquel que te lea y sepa que se escribe
“vacaciones”.
Lo peor es que en LinkedIn, por ejemplo, u otras redes donde no te conocen
personalmente, es raro que alguien te corrija, ni siquiera por privado.
Distinto sucede en un grupo de amigos donde es probable que te den caña y pases
a ser la anécdota durante un tiempo.
Otra anécdota reciente me ocurrió con mi hijo. En una conversación dijo “la
‘agüela’ ha ido…” y le corrijo diciendo: “No se dice ‘agüela’ con g, se dice
‘abuela’ con b”. Y me contestó riéndose: “¡Y que con g! ¡Si es con w,’awela’!”.
Sí, me eché las manos a la cabeza. Por mi hijo y por todos sus amigos que
en el WhatsApp hablan de sus ‘awelos’. Es más, me temo que es un problema de
generación “guasapera” que de pandilla de amigos. Ese es otro tema, aunque muy
relacionado con el presente y el futuro de la comunicación.
Actualmente, las empresas valoran la comunicación como una de las
habilidades blandas o soft skills más importantes a tener en cuenta dentro del
proceso de selección.
Dentro de la comunicación, podemos distinguir entre comunicación oral y
comunicación escrita. La oral se nos suele dar bien porque, claro, cuando yo
digo “vacaciones” nadie sabe si mentalmente lo estoy escribiendo como
“vacaciones” o “bacaziones”. Sin embargo, la expresión escrita ya… es otro
cantar.
Incluso me atrevería a invitar a los reclutadores a que soliciten una
prueba de redacción durante el proceso de selección. Una pequeña redacción
argumentando la venta de un producto, respondiendo a una reclamación de un
cliente, describiendo la oficina o la empresa, describiéndose a sí mismo, narrando
un día cotidiano o extraordinario en su vida, argumentando un despido, etc. Sí,
ya sé que en la carta de presentación puedes percibir estas cosas, parcialmente.
Hay muchos modelos y plantillas en Internet y Word ofrece corrección. Yo me
refiero más a un “aquí te pillo, aquí te mato”, y manuscrito. Jejeje, soy un
poco maligna. Nadie somos perfectos.
Dentro de esta imperfección, podemos cometer alguna falta de ortografía y
demás, pero intentemos que sean las menos posibles.
Un truco es escribir en un documento de Word el texto, revisarlo con el
corrector, y después copiarlo en el blog, red social, o donde lo vayamos a
publicar.
Si no queremos depender de terceros, entonces pongamos nuestra máxima
atención a la hora de escribir.
Resumiendo, centrémonos en escribir correctamente todos los mensajes en
redes, en blogs, en chats de mensajería, en el CV y en la carta de
presentación.
Ahora a mí me van a llover zascas por
todos sitios, jejeje. Me he ajustado a la ortografía porque es lo que más se
aprecia visualmente, pero soy consciente de que, además, cometo faltas de
gramática y puntuación. Como dice el refranero español “a quien cuece y amasa,
todo le pasa”. ¿Este “quien” llevará tilde? 🤔
¡Mucha suerte en tu búsqueda de empleo!
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