miércoles, 18 de agosto de 2021

10. Camino a Siria ¿o Soria?

El otro día mantuve la siguiente conversación de WhatsApp con un grupo de amigas:

—No puedo ese día. Estoy de vacaciones en Siria.

— ¿Qué haces allí?

—Pues descansar, “turistear” y visitar a un amigo.

— ¡Tía, esa zona es súper peligrosa!

¿Perdón? ¿Peligrosa? Así que releí la conversación y me di cuenta de que el corrector me había ubicado rápidamente en Siria, en lugar de Soria. Sitio donde realmente iba a pasar mis vacaciones.

Este gazapo resulta ser anecdótico porque me sucedió en un grupo de amigas, donde existe confianza plena para expresar esa opinión de considerar a Siria destino peligroso. Lógicamente, una vez aclarado el malentendido, nos echamos unas risas de emoticonos.

Sin embargo, en el mundo laboral, no se da esa confianza para decirle a alguien que comete faltas de ortografía, gramaticales o de colocación de signos de puntuación, por no hablar de expresar opiniones respecto a temas controvertidos.

Sin ir más lejos, esta mañana he leído en Twitter unos mensajes que decían: “Me gusto esta idea que vi el otro día…” o “…elejid un tema y escribire un post sobre ello”.

Tiempo atrás, cuando explicaba a mis alumnos los costes de la no calidad, les ponía siempre el mismo ejemplo.

Imagina que debes hacer un mailing en papel a quinientos clientes. Escribes la carta e imprimes las quinientas copias. Una vez fotocopiadas, relees la carta y te das cuenta de que has cometido una falta de ortografía. Tienes dos opciones:

-       Volver a fotocopiar las quinientas cartas.

-       Hacerte el sueco y enviarlas con dicha falta de ortografía.

En el primer caso, conlleva uno costes de no calidad de papel, tóner, luz y tiempo, ya que debes repetir el proceso.

En el segundo caso, conlleva unos costes de no calidad relacionados con la proyección de mala imagen de la empresa, donde trabajan empleados “que no saben escribir”. Este pensamiento es el que percibirán los quinientos clientes que reciben dicho escrito. Aunque pienses que es solo una falta de ortografía, en realidad son quinientas faltas cometidas, pues es como si hubieses escrito quinientas veces (igual de mal) dicha carta.

Estos costes se denominan de no calidad porque se derivan por no haber ejecutado bien el proceso. Es decir, por no revisar la carta antes de imprimir la primera copia original o antes de fotocopiar las quinientas copias.

Los costes de calidad son los habituales que se derivan al realizar bien el proceso

En la actualidad, los mailings no se realizan en papel pero sí por correo electrónico.

El hecho de no revisar el mensaje o texto antes de clicar la opción de “enviar” o pulsar “intro” hace que este error se cometa con mayor frecuencia y, probablemente, llegue a un mayor número de personas/clientes.

De ahí la importancia de no cometer faltas de ortografía en el CV ni en la carta de presentación.

Pero, ¡ojo!, no solo en esos dos documentos. Debes poner máxima atención a los mensajes que escribes en tus redes sociales con el fin de cuidar tu marca personal. Una opinión en LinkedIn, un post en Facebook, un comentario en Twitter o Instagram, un artículo en tu blog, una presentación en PowerPoint que expones en una charla ante un público numeroso, un mensaje de WhatsApp contestando a un reclutador… Imagina posturear una foto con el pie: “Disfrutando de mis ‘bacaziones’ en Soria”. Pues quedas un poco mal ante todo aquel que te lea y sepa que se escribe “vacaciones”.

Lo peor es que en LinkedIn, por ejemplo, u otras redes donde no te conocen personalmente, es raro que alguien te corrija, ni siquiera por privado. Distinto sucede en un grupo de amigos donde es probable que te den caña y pases a ser la anécdota durante un tiempo.

Otra anécdota reciente me ocurrió con mi hijo. En una conversación dijo “la ‘agüela’ ha ido…” y le corrijo diciendo: “No se dice ‘agüela’ con g, se dice ‘abuela’ con b”. Y me contestó riéndose: “¡Y que con g! ¡Si es con w,’awela’!”.

Sí, me eché las manos a la cabeza. Por mi hijo y por todos sus amigos que en el WhatsApp hablan de sus ‘awelos’. Es más, me temo que es un problema de generación “guasapera” que de pandilla de amigos. Ese es otro tema, aunque muy relacionado con el presente y el futuro de la comunicación.

Actualmente, las empresas valoran la comunicación como una de las habilidades blandas o soft skills más importantes a tener en cuenta dentro del proceso de selección.

Dentro de la comunicación, podemos distinguir entre comunicación oral y comunicación escrita. La oral se nos suele dar bien porque, claro, cuando yo digo “vacaciones” nadie sabe si mentalmente lo estoy escribiendo como “vacaciones” o “bacaziones”. Sin embargo, la expresión escrita ya… es otro cantar.

Incluso me atrevería a invitar a los reclutadores a que soliciten una prueba de redacción durante el proceso de selección. Una pequeña redacción argumentando la venta de un producto, respondiendo a una reclamación de un cliente, describiendo la oficina o la empresa, describiéndose a sí mismo, narrando un día cotidiano o extraordinario en su vida, argumentando un despido, etc. Sí, ya sé que en la carta de presentación puedes percibir estas cosas, parcialmente. Hay muchos modelos y plantillas en Internet y Word ofrece corrección. Yo me refiero más a un “aquí te pillo, aquí te mato”, y manuscrito. Jejeje, soy un poco maligna. Nadie somos perfectos.

Dentro de esta imperfección, podemos cometer alguna falta de ortografía y demás, pero intentemos que sean las menos posibles.

Un truco es escribir en un documento de Word el texto, revisarlo con el corrector, y después copiarlo en el blog, red social, o donde lo vayamos a publicar.

Si no queremos depender de terceros, entonces pongamos nuestra máxima atención a la hora de escribir.

Resumiendo, centrémonos en escribir correctamente todos los mensajes en redes, en blogs, en chats de mensajería, en el CV y en la carta de presentación.

Ahora a mí me van a llover zascas por todos sitios, jejeje. Me he ajustado a la ortografía porque es lo que más se aprecia visualmente, pero soy consciente de que, además, cometo faltas de gramática y puntuación. Como dice el refranero español “a quien cuece y amasa, todo le pasa”. ¿Este “quien” llevará tilde?  🤔

¡Mucha suerte en tu búsqueda de empleo!

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Por favor, escribe tus comentarios u opiniones de manera constructiva y positiva. Gracias